Carta para ti.
Llegue aquí después de un largo trecho y me di cuenta que lo que yo sabia, debia compartirlo. ¡Escuchame! y contempla el camino por la vida.
Bailamos con cada momento y como todo en nuestra vida es complicidad. Buscamos sentirnos armoniosos, relajados y seguimos al son de la música que inspira nuestro dia a dia. Desde que naces y vas creciendo, descubres que los impulsos nos mueven. Sonreímos felices, lloramos desesperadamente. Damos esos primeros pasos con las sonrisas, mezcladas con alguna lagrima de los que nos quieren. Nos educan mostrando caminos que son los elegidos por otros pero que dicen ser los que debemos tomar. Adolescencia, juventud, revelación, ideales. Nuevos compromisos, amor y odio, desencanto, ilusiones, pasiones. Vas viendo que todo lo que sentimos tiene una relación de complicidad. Uno sin el otro no existiría. Buscas la forma de sentir uno sin llamar la atención del otro....luchas por los buenos momentos, por la explosión de sensaciones, las vivencias positivas, las buenas motivaciones, el encanto por sentirte bonito, dichoso, feliz, contento, deseado...amado.
Pero, ¿cómo conocer estas emociones cuando no tienes algo para contrastarlas? Entonces, nos damos cuenta que debemos sufrir, desencantarnos, sentirnos infelices, tristes, olvidados... duramente, la complicidad de nuestros estados emocionales, son los que rigen nuestro mundo.
No te alejes de tu momento. Sin apenas darte cuenta tu tiempo pasara y tu luz dejara de brillar. A un paso de abandonarlo todo, sin posible retorno.....estarás allí y miraras atrás. Y como un relámpago, tu historia pasara frente a ti. En ese momento espero que lo que veas te complazca enormemente. Alguien dijo, las cosas no cambian, solo cambian tu forma de verlas. Lucha por tener la sonrisa puesta y sentir que la vida a sabido ser tu mejor cómplice.
Bailamos con cada momento y como todo en nuestra vida es complicidad. Buscamos sentirnos armoniosos, relajados y seguimos al son de la música que inspira nuestro dia a dia. Desde que naces y vas creciendo, descubres que los impulsos nos mueven. Sonreímos felices, lloramos desesperadamente. Damos esos primeros pasos con las sonrisas, mezcladas con alguna lagrima de los que nos quieren. Nos educan mostrando caminos que son los elegidos por otros pero que dicen ser los que debemos tomar. Adolescencia, juventud, revelación, ideales. Nuevos compromisos, amor y odio, desencanto, ilusiones, pasiones. Vas viendo que todo lo que sentimos tiene una relación de complicidad. Uno sin el otro no existiría. Buscas la forma de sentir uno sin llamar la atención del otro....luchas por los buenos momentos, por la explosión de sensaciones, las vivencias positivas, las buenas motivaciones, el encanto por sentirte bonito, dichoso, feliz, contento, deseado...amado.
Pero, ¿cómo conocer estas emociones cuando no tienes algo para contrastarlas? Entonces, nos damos cuenta que debemos sufrir, desencantarnos, sentirnos infelices, tristes, olvidados... duramente, la complicidad de nuestros estados emocionales, son los que rigen nuestro mundo.
No te alejes de tu momento. Sin apenas darte cuenta tu tiempo pasara y tu luz dejara de brillar. A un paso de abandonarlo todo, sin posible retorno.....estarás allí y miraras atrás. Y como un relámpago, tu historia pasara frente a ti. En ese momento espero que lo que veas te complazca enormemente. Alguien dijo, las cosas no cambian, solo cambian tu forma de verlas. Lucha por tener la sonrisa puesta y sentir que la vida a sabido ser tu mejor cómplice.